Disfrutan de un Concierto Monumental en el Jardín Botánico

* Ofrecen seductora selección de temas de ópera, corales y canción mexicana y zarzuela en Concierto de Diciembre SAS- ISIC

Culiacán, Sin., jueves 07 de diciembre de 2017

Comunicado de prensa No. 1274

 

Una noche grata, en un espacio arbolado y en un ambiente sin par, disfrutaron los asistentes al Jardín Botánico de esta capital, para disfrutar el Concierto de Diciembre Monumental, a cargo de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, el Taller y Coro de la Ópera de Sinaloa y solistas, que, bajo la dirección de Miguel Salmón del Real, ofrecieron un programa con las mejores piezas de ópera, zarzuela y canción mexicana.

Lo anterior, en el gran cierre de la Temporada de Otoño de la Sociedad Artística Sinaloense y el Instituto Sinaloense de Cultura, en la que fungieron como solistas la soprano Leticia de Altamirano, la mezzosoprano Rosa Muñoz, el tenor Leonardo Sánchez y el barítono José Adán Pérez, quienes hicieron gala de sus timbradas voces en una noche maravillosa.

Fueron alrededor de 70 cantantes, entre solistas y coristas, y 70 músicos quienes participaron en el programa, que abrió con la Obertura (de la ópera La fuerza del destino, de Giuseppe Verdi), a cargo de la Orquesta.

Luego, continuó con el portentoso Coro de los gitanos (de la ópera El trovador, de Giuseppe Verdi); el aria Una furtiva lágrima (de Elíxir de amor, de Gaetano Donizetti), en la que lució la voz de Leonardo Sánchez, mientras que José Adán Pérez arrancó ovaciones con su interpretación del Largo at factótum (de El barbero de Sevilla, de Gioachino Rossini), para cerrar el coro y orquesta con el Coro a boca chiusa (de Madame Butterfly, de Giacomo Puccini).

Continuó con una preciosa interpretación de Leticia de Altamirano y Rosa Muñoz, del dúo Sous le dome épais (de la ópera Lakmé, de Leo Delibes), luego la soprano cantó Ebben! Ne andro lontana (de La Wally, de Alfredo Catalini), mientras que la Orquesta y la mezzosoprano Rosa Muñoz interpretaron el Intermezzo y Ave María (de Cavallería rusticana, de Pietro Mascagni), para cerrar la primera parte con el famosísimo Va pensiero (de Nabucco, de Verdi).

La segunda parte, abrió con el Preludio (de Carmen, de Georges Bizet); para luego Rosa Muñoz cantar la Habanera y seguir el barítono Adan Pérez con los versos del Toreador, Votre toast, je peux vous le rendre (de Carmen), y cerrar el apartado de la ópera Carmen con el Coro y Les voici, voici la quadrille.

El tenor Leonardo Sánchez, volvió a sorprender con la famosa aria Nessum dorma (de Turandot), y el coro cantó el no menos célebre Brindis: Libiamo (de La traviata, de Verdi).

De zarzuela cantaron dos piezas: Carceleras (de Las hijas de Zebedeo, de Ruperto Chapí), por Leticia de Altamirano y Qué te importa que no venga (de Los claveles, de José Serrano), por Rosa Muñoz y empezaron a despedirse con algo de canción mexicana, al cantar los cuatro solistas juntos Mía (de Manuel Esperón) y Granada (de Agustín Lara), por el tenor Leonardo Sánchez y luego la intensidad de los aplausos, que precedieron a los dos encores que tenían preparados: Dime que sí (de Esparza Oteo) con todos, y el Aleluya, de Haendel, con coro incluido, que fue la apoteosis, entre aplausos y vivas.

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