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Una novela, por negra que sea, debe contarse con arte, dice Élmer Mendoza

* Presentó su nueva novela Besar al detective, en el TPV

P - 4 Feb 2015 Presentacion del Libro Besar al Detective de Elmer Mendoza 1

RDDP-03.01

Culiacán, Sin., a  Viernes 05 de Febrero de 2016

Comunicado No. 094

* Es una novela ágil, en la que lo importante es el lenguaje

          * Los comentarios, a cargo de Orejel y Elizabeth Moreno

“Siempre que estoy fuera y me toca hablar de Culiacán, procuro hablar de lo bueno que hacemos, que tenemos una Orquesta Sinfónica, un programa de lectura, mujeres hermosas y de ser posible, no toco el tema de la violencia”, confesó el escritor Élmer Mendoza.

Lo anterior, al presentar su nueva novela Besar al detective (Editorial Random House, 2015), en la planta baja del Teatro Pablo de Villavicencio, el escritor originario de Culiacán, comentó que “escribir novela negra, no se trata tan sólo de contar una historia, sino además de contarla con arte, crear una estética de la novela negra”, de ahí que en su novela, lo importante no sea en sí la historia, sino su propia estética.

Con comentarios del escritor mochiteco Alfonso Orejel y de la maestra de literatura, escritora y editora Elizabeth Moreno Rojas, el acto de presentación fue organizado por el Colegio de Sinaloa y de la Sociedad Artística Sinaloense, con el apoyo del Instituto Sinaloense de Cultura.

En sus comentarios previos a la plática con el escritor, el más destacado de Sinaloa en la actualidad, Alfonso Orejel comentó que Besar al detective es la cuarta entrega sobre el personaje El Zurdo Mendieta, quien debe arriesgar el pellejo por enésima vez y Élmer Mendoza no se tienta el corazón para meterlo en un problema tras otro.

En esta historia, el detective ayuda a la Reina del Pacífico, Samanta Valdés, a rescatar a su hijo, que está secuestrado, y en la historia  no hay una línea que divida a buenos de malos, ya que todos usan los mismos recursos.

La prosa, dijo, es desenfadada, alejada de juicios morales, casi cínica, con un héroe culichi lleno de tentaciones y contradicciones, y con Élmer que excita la curiosidad de lector sin darle tregua, mandándole sucesivas oleadas de angustia, con lo que tensión dramática no cede un paso, en una historia en la que, sin embargo, el protagonista central es el lenguaje, mostrándonos el autor que cada una de sus novelas es una declaración de amor y odio a Culiacán, porque si alguien ama a esta ciudad como se debe amar, ese es Élmer Mendoza.

Por su parte, Elizabeth Moreno comentó que esta es “hoy por hoy una de las mejores novelas policiacas mexicanas que he leído, y la leí de un tirón porque es un escritura bastante  ágil y la trama jala bastante, por lo que uno siempre quiere saber lo que sigue…. Es una historia muy bien contada en la que los malos les ganan a los más malos, pues aquí no hay buenos y malos, y esta es una realidad que nos tocó vivir”.

“Es una literatura ya madura, vigorosa, en la que Élmer Mendoza ha captado el alma de la ciudad donde vive, violenta y cruel, y la cual es no sólo el escenario de la historia, sino el corazón semántico de la novela”.

Mostró su sorpresa por los más de 40 personajes que intervienen, todos bien definidos y caracterizados, no sólo el principal como ocurre muchas veces, entre ellos, algunos reales, como el pintor culichi avecindado en Tecate, Álvaro Blancarte, y además la novela es vertiginosa “por el manejo del tiempo, casi cinematográfico, de manera que hay escenas que se suceden simultáneamente y no sucesivamente, como es en el lenguaje”.

Élmer Mendoza contestó algunas preguntas y comentarios, y dijo que él acostumbra diseñar a sus personajes desde el principio, buscando contrastes y claroscuros, entre ellos, y siempre defendiendo que todo lo que ocurre en la novela esté justificado, aunque a veces, es bueno dejar algo a la casualidad, pero sin abusar.

A Blancarte, dijo que lo admira y tiene con él una amistad desde hace muchos años, cuando el pintor era miembro de una pandilla del centro de Culiacán, y era hijo de un rector de la UAS… “Me cae muy bien y somos amigos de muchos años”.

Tras la presentación, el escritor firmó autógrafos, mientras el resto de los asistentes departían en el vestíbulo en un ambigú.

Besar al detective (Editorial Random House, 2015) narra el regreso de El Zurdo Mendieta en una novela que explora el entramado de traiciones, pactos y conspiraciones de una sociedad donde el crimen organizado forma parte inseparable de la realidad cotidiana. Una vez más, El Zurdo Mendieta se enfrentará a un complejo rompecabezas donde la línea que divide a la ley del crimen pierde su definición.

Élmer Mendoza es director de Literatura del Instituto Sinaloense de Cultura y miembro de El Colegio de Sinaloa. En 2011, la Academia Mexicana de la Lengua lo eligió como académico correspondiente a Culiacán, Sinaloa. De esta forma se reconoce al escritor que ha sabido reflejar en sus obras el habla particular de su región.

Mendoza es autor de varios volúmenes de cuentos: Mucho que reconocer (1979), Quiero contar las huellas de una tarde en la arena (1985), Cuentos para militantes conversos (1987), Trancapalanca (1989), El amor es un perro sin dueño (1991), Firmado con un klínex (2009) y de dos crónicas sobre el narcotráfico, Cada respiro que tomas (1991) y Buenos muchachos (1995).

Con su primera novela, Un asesino solitario (1999/2001), Élmer Mendoza se dio a conocer, a juicio de Federico Campbell, no sólo como “el primer narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico en nuestro país”, sino también como autor de una aguda y vivaz exploración lingüística de los bajos fondos mexicanos, convertidos en rigurosa materia literaria.

Élmer Mendoza (1949) es originario de Culiacán, lugar que menciona en sus novelas y cuyas ambientaciones figuran comúnmente en ellas, como se puede apreciar en Un asesino solitario (1999) y El amante de Janis Joplin (2001), que obtuvo el XVII Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares. Otras de sus novelas son Efecto Tequila (2004), finalista en 2005 del Premio Dashiell Hammett, y Cóbraselo Caro (2005).

En noviembre de 2007 ganó el III Premio Tusquets de Novela, por decisión unánime del jurado, por su obra Balas de plata, premio que recibió en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara. En 2010 publicó La prueba del ácido en donde retoma al personaje de Édgar El Zurdo Mendieta, quien también protagonizó su novela Balas de plata.

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