Teatro Ambulante presenta una anti-pastorela en la Muestra de Teatro

* Con Jesús, María y José José, recrean la historia del Nacimiento

RDDP-03.01

Culiacán, Sin., Jueves 01 de Octubre de 2015

No. 884

La Compañía Teatro Ambulante, de Los Mochis, participó en la 1ª Muestra Regional de Teatro del Noroeste FORCA 2015, con una “anti pastorela” llamada Jesús, María y José José, de Humberto Robles, en la que hace una recreación original de la anunciación del Niño Jesús, pero en una visión moderna y desenfadada, y al ritmo de baladas latinoamericanos y de Jesucristo Superestrella.

Jesús, María y José José es una pieza original de Humberto Robles, y se presentó en el Teatro Óscar Liera del IMSS, con la dirección de César Bueno y las actuaciones de Danny Herrera como Doña Mari; Alonso Sánchez como José, y Alex Álvarez como el Ángel Gabriel.

Doña Mary se halla atareada en su humilde domicilio de clase media “baja, baja”, a donde llega un Ángel Gabriel más que asexuado, afeminado, para ofrecer la fama y la gloria no (un salario no, porque Dios prefiere a los pobres y si les da algo más, dejarían de serlo), y le ofrece un contrato que ella firma sin poder leer la letra chiquita por falta de lentes.

En un escenario dotado sobre de una mesa con dos sillas y una puerta, entre el humor de los diálogos y las baladas de José José y José Luis Rodríguez El Puma, el Ángel Gabriel va atajando las dudas, induciendo la voluntad de María para que firme, ofreciéndole las ventajas de ser electa para participar en el “plan divino” para el nacimiento del Hijo de Dios.

Es una historia irreverente a los ojos del creyente, sin embargo, no aborda nada nuevo a lo que se ha manejado a lo largo del tiempo sobre los Evangelios y la historia de la Iglesia.

Doña Mary resulta embarazada, y al enterarse José, le da tremenda golpiza, quien no cree que el embarazo de su esposa sea obra del Espíritu Santo, pero llega Gabriel y tras someter a José con choques eléctricos, empieza a delinear el gran plan divino.

Al enterarse la pareja de las consecuencias que acarreará el nacimiento de este niño y futuro Dios y de su muerte a los 33 años, caen en desaliento, y más aún al saber que será causa de guerras y de que, en nombre suyo, se cometerán los más grandes crímenes, barajan la posibilidad del aborto, ante la imposibilidad de romper el contrato que Doña Mari  ha firmado.

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