Este viernes, la única ópera de Debussy en el Teatro Socorro Astol

* Pelleas y Melisande se presenta en el 2º Ciclo de Ópera en Video

RDDP-03.01

Culiacán, Sin., Jueves 20 de Agosto de 2015

No. 730

Pellèas y Mélisande es la única ópera creada por el genio francés de la música Claude Debussy (1862-1918), dentro de la corriente artística conocida como simbolismo, y se presenta este viernes 21 de agosto, a las 18:00 horas en el Teatro Socorro Astol, como parte del 2º Ciclo de Ópera en Video que lleva a cabo la Dirección de Compañías del Instituto Sinaloense de Cultura.

Pelleas y Melisande (título original en francés, Pelléas et Mélisande) es una ópera en cinco actos con música de Claude Debussy y libreto en francés del mismo compositor y Maurice Maeterlinck. Con la Orquesta y coros de la Ópera Nacional de París, dirigidos por Philippe Jordan, este video fue grabado en el Ópera Nacional de París en 2012 bajo la dirección de Robert Wilson, y para su mejor comprensión, tiene subtítulos en inglés.

Pelléas et Mélisande es una obra encuadrada dentro del simbolismo, un movimiento que surge en Francia a fines del siglo 19 y cuyos principales exponentes son, en literatura, Maurice Maeterlinck, Charles Baudelaire, Stéphane Mallarmé, Arthur Rimbaud y Paul Verlaine.

El simbolismo se opone al realismo en todas sus formas, y busca expresar aspectos de la realidad que no son evidentes. De acuerdo con los postulados de este movimiento, esta obra evita en todo momento la grandilocuencia y en su lugar se crea una atmósfera íntima, de duda, anhelo y misterio. En lugar de centrarse en los acontecimientos más importantes de la historia, se despliegan situaciones cotidianas aparentemente intrascendentes, que a través de su alto contenido simbólico revelan la realidad subyacente de la trama.

A lo largo del texto hay reiteradas alusiones a la luz y la sombra, elementos cargados de un fuerte significado simbólico.

Respecto de la estructura dramática, Debussy toma distancia de la herencia wagneriana. Debussy consideraba que una obra no debería estructurarse en pocos actos extensos y artificiales sino más bien en episodios cortos y fluidos, y esta es la característica de esta obra. Las escenas se suceden sin continuidad temporal, constituyendo un discurso fragmentado más afín a la lógica del sueño que a la realidad.

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